domingo, 30 de junio de 2013

Orbital - The Altogether (2001)



Resulta significativo el hecho de que en sus primeros cinco años como banda, los integrantes de Orbital publicaron cuatro discos de estudio más doce singles mientras que en los cinco siguientes, su producción se redujo a un sólo disco y cuatro singles más. “The Altogether” llegó un par de años después de “The Middle of Nowhere”, disco que, para muchos, supuso un paso atrás en la carrera del grupo y, por ello, era esperado con especial interés para comprobar si el anterior disco fue un bache aislado o, por el contrario, el comienzo de la cuesta abajo del dúo. Quizá para aliviar esa presión, los hermanos Hartnoll se hartaron de decir que el nuevo disco era un divertimento, un trabajo sin una idea central, sin continuidad entre las distintas pistas, etc.

En cuanto a la producción, se buscó una continuidad con trabajos anteriores y prácticamente repitió el mismo equipo que en el disco precedente. Se echa de menos la presencia de Alison Goldfrapp, vocalista excelente que le dio una personalidad muy especial a todos los temas anteriores del dúo en los que colaboró. Aunque el trabajo tuvo una edición doble con remixes y algún corte nuevo en el disco adicional (que, para muchos seguidores del grupo era superior al principal), nosotros nos vamos a centrar en el disco en sí, obviando el segundo CD de las ediciones especiales.



“Tension” – El disco comienza a toda velocidad, sin concesiones, con un ritmo frenético cuajado de efectos electrónicos y samples. Un tema bailable y directo en el que cuesta encontrar por algún lado la personalidad característica del grupo. Los hermanos Hartnoll fusilan melodías y estribillos del “Surfin’ Bird” de los Bananamen sin piedad y terminan por conformar un corte extrañísimo que deja al seguidor del grupo sumido en la confusión.

“Funny Break (One is Enough)” – Tras un corte más o menos brusco, continúa el disco con una composición más amable que la primera con un aire pop inocente y la voz de Naomi Bedford como elemento principal. Intervienen en el tema como músicos invitados: Michael Smith (saxo) y Dominic Glover (trompeta) en una pieza en la que sí que está presente el estilo de Orbital aunque no termina de enamorar.

“Oi!” – Volvemos a los ritmos más puramente bailables con el siguiente tema, bastante oscuro también y construido alrededor de una línea de bajo más bien simple que se ve envuelta en un ritmo tribal bastante machacón con ocasionales samples vocales y del saxo de Ian Dury.

“Pay Per View” – Los hermanos Hartnoll introducen un ritmo con lejanos elementos latinos en los teclados que supone un agradable cambio en el disco. El bajista Andy James tiene una participación importante en un tema que nos muestra bien a las claras los principales elementos que han definido el estilo de Orbital: sonidos limpios, ritmos bien construidos y una gran elegancia en todo lo que hacen. Con todo, nos parece un tema que no destacaría especialmente en otros discos del dúo aunque en el contexto en que aquí se encuentra, nos resulta bastante adecuado.



“Tootled” – El título hace referencia a un sample utilizado en la canción procedente del tema “Sober” de la banda de metal progresivo Tool. A partir del mismo, Orbital elaboran una pieza realmente simple con un ritmo monótono y poco elaborado. Incluso se echa en falta algo que suele estar presente en los trabajos de la banda como son efectos y arreglos interesantes.

“Last Thing” – Con este tema el album remonta el vuelo acercándose al nivel que uno espera del grupo. Escuchamos por fin esos “leads” tan característicos del dúo, con las particulares voces etéreas sobrevolando por todo el tema y un ritmo inteligente. El tipo de tema que cualquier aficionado al grupo esperaría encontrar en un nuevo disco.

“Doctor?” – Llegamos a nuestro corte favorito de todo el trabajo. Probablemente diga poco en favor de “The Altogether” el hecho de que éste sea una versión pero es que lo que consiguen los hermanos Hartnoll a partir de un clasicazo como la sintonía de la serie “Doctor Who?” escrita en 1963 por Ron Granier y considerada como uno de los temas pioneros en el desarrollo de la música electrónica. Su influencia fue enorme y, particularmente, siempre hemos encontrado algunos retazos de su estilo en las piezas más cósmicas de Vangelis, por ejemplo. El homenaje de Orbital actualizando la pieza es fantástico y justifica la aparición del disco en el blog.



“Shadows” – Definitivamente la segunda mitad del disco es muy superior a la primera y este corte es un buen ejemplo de ello. Con una melodía que nos recuerda por momentos a algunos fragmentos de “In Sides” (nuestro disco favorito de Orbital hasta la fecha) y un ritmo vivo y constante, “Shadows” consigue que nos reconciliemos con el dúo.

“Waving Not Drowning” – Quizá la pieza más sorprendente de todo el disco, con un comienzo guitarrero sobre el que se construye un “loop” que sirve de base para todo el tema, vamos asistiendo paulatinamente a la adición de continuos elementos que son, a su vez, replicados engrosando una tupida red de sonidos realmente curiosa y con un punto desconcertante. Conocida es la influencia de Kraftwerk en Orbital y desde ese punto de vista, podríamos considerar este corte como el homenaje del dúo a la etapa inicial de la banda de Düsseldorf, especialmente a sus dos primeros trabajos bajo el nombre de Kraftwerk.

“Illuminate” – David Gray es el protagonista absoluto del tema más convencional en un sentido pop de todo el disco. Una canción sin demasiadas pretensiones que más parecería un tema de Gray en el que Orbital ofician como invitados que lo contrario.

“Meltdown” – Terminando el disco encontramos el tema más largo y ambicioso del mismo. Como corresponde a un corte de más de diez minutos de duración, la evolución es constante aunque siempre dentro de un estilo electrónico destinado a la pista de baile con fragmentos algo más experimentales y ambientales intercalados entre los momentos más intensos. El segmento final, el más rítmico de todos, es también uno de los puntos culminantes del disco.


Las críticas a “The Altogether” fueron, en general, bastante negativas. No en el sentido de considerarlo un mal disco pero sí como uno de un nivel muy inferior al de los anteriores del dúo. El mayor pecado, probablemente, radica en que no existe una idea detrás del proyecto sino un conjunto de retazos sueltos que no llegan a formar un todo coherente. Hasta este momento, cualquier disco de Orbital era tan reconocible como inconfundible tras una sola escucha. Sin embargo, hay no menos de cinco cortes en este trabajo que podrían haber sido firmados por cualquier otra banda electrónica y eso, que es algo que se le podría perdonar a un grupo principiante, es un lastre importante para un grupo de tanto peso como el que tenía Orbital en aquel momento. Especialmente ácidas fueron las críticas a la inclusión de “Illuminate”, canción que no encajaba en absoluto con el perfil del dúo y en la que, además, el vocalista era el cuñado de los hermanos Hartnoll. Afortunadamente, no todo en el disco es tan flojo y hay momentos verdaderamente notables de entre los que destacamos, una vez más, la versión de la sintonía de “Doctor Who”, absolutamente magnífica. Como siempre, podéis adquirir el disco en los siguientes enlaces:

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Os dejamos con el videoclip de "Illuminate":

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