jueves, 19 de febrero de 2015

Yann Tiersen - Dust Lane (2010)



El éxito alcanzado por la banda sonora de “Amelie” pudo llevarnos a engaño acerca del estilo musical de su autor. Cierto es que en ese disco, una recopilación en su mayor parte con un puñado de temas nuevos, escuchamos una gran síntesis de sus primeros discos, todos ellos a medio camino entre el minimalismo “europeo” que representarían músicos como Wim Mertens o Michael Nyman y una suerte de folclore inconfundiblemente francés que se abría paso a través del entusiasmo del acordeón. No menos cierto es, sin embargo, que para cuando la película llegó a las pantallas, Tiersen ya no era exáctamente el mismo músico y en “L'Absente”, trabajo simultáneo en su concepción a “Amelie” ya encontramos muestras claras de su giro hacia el rock independiente.

Ocurre que, tras “Amelie”, llegaron más oportunidades de hacer música para cine en las que Tiersen escogió un estilo continuista (“Goodbye Lenin” es un claro ejemplo) pero en sus conciertos y trabajos al margen del cine, el músico bretón había dejado atrás esa etapa. A su trabajo con la artista norteamericana Shannon Wright le siguió pronto un disco en directo, “On Tour” en el que el cambio de estilo quedaba patente incluso en la interpretación de los temas pertencientes a la primera etapa de la carrera de Yann. Faltaba una confirmación definitiva de este giro con un disco de estudio y ese será el objeto de nuestra atención hoy.

Sin ser un artista especialmente prolífico, cinco años desde el anterior disco de estudio parecía demasiado tiempo y es que la grabación tuvo lugar en un periodo particularmente agitado para al músico, quien perdió en aquellos meses a su madre y a uno de sus mejores amigos. El trabajo, que iba a ser de lo más austero, a base de canciones interpretadas por Tiersen a la guitarra y similares (bouzouki y mandolina, principalmente) se teñiría de una notable melancolía con un trasfondo esperanzado pese a todo. En palabras de su autor “no es un disco triste sino colorista, una experiencia dolorosa a veces pero siempre alegre”. La grabación tuvo lugar principalmente en la isla de Ouessant aunque se completó en estudios de París, Londres y Filipinas sumándose al propio Tiersen (voz, guitarra, sintetizadores, piano de juguete, violín, bajo, etc.), Matt Elliott (voz, guitarra, flauta), Gaëlle Kerrien (voz), Syd Matters (voz) y Dave Collingwood (batería).

Yann Tiersen


“Amy” - Una serie de sonidos y efectos electrónicos como preludio de una suave introducción pop de batería y guitarras sirve para borrar cualquier atisbo del Tiersen más conocido desde los primeros compases del disco. El espíritu está ahí y también buena parte de los sonidos pero es algo decididamente diferente. La canción, con aire de himno, tiene poco que ver con las anteriores del músico, incluso en discos como “L'Absente” y abre el camino que hizo posibles trabajos como el reciente “Infinity”.

“Dust Lane” - Una sutil red de arpegios de guitarra secundados rápidamente por el piano nos recuerda a los mejores momentos del “viejo” tiersen, nostalgia acentuada por el acordeón pero la desaliñada batería de Collingwood nos recuerda que estamos ya en un lugar muy diferente. Interludios sonoros de gran fuerza nos llevan a un final épico con la guitarra eléctrica acompañando al coro en un momento de una intensidad casi mágica en el que un estribillo arrollador se repite una y otra vez.

“Dark Stuff” - Una combinación de acordeones y melódica recortados sobre el viento nos recibe en uno de los temas más experimentales del disco. Aparecen entonces guitarras distorsionadas y diferentes efectos sonoros ruidistas que ayudan a encubrir el tema central. No creemos que haya relación alguna pero hay algo en la melodía central que nos recuerda a ese clásico titulado “Horizon” de Jon & Vangelis grabaron para su disco “Private Collection”. Tras le breve parte vocal son el piano, el bajo y las guitarras quienes nos guían en una espectacular coda final que es puro rock progresivo trasladado a nuestros días.

“Palestine” - El primer single del disco fue este espectacular instrumental (el único “texto” es el deletreado continuo de las letras del título P-A-L-E-S-T-I-N-E) en el que el músico francés exprime todo su talento para construir una atmósfera trepidante que te atrapa desde el primer segundo y no te suelta hasta varios minutos más tarde. Una joya en la que ningún detalle está de más y que demuestra que con elementos muy reducidos se puede construir una pieza magistral.



“Chapter 19” - El único texto del disco no escrito por Tiersen es el de esta canción cuya letra está extraída de “Sexus”, primer volumen de la trilogía de Henry Miller “The Rosy Crucifixion”. El tema suena como una extraña combinación entre los Pink Floyd de mediados de los setenta, el Brian Eno más reciente (el de “Drums Between the Bells”) y los inocentes sonidos infantiles del universo del propio Tiersen y cuenta con una excepcional coda del músico al clavicordio.

“Ashes” - Algo más clasicista suena el comienzo de la siguiente pieza con el solemne sonido del piano ejecutando una serie de notas oscuras sobre las que juguetean en segundo plano los violines. Tras la introducción llega una de esas grandes melodías que sólo se le ocurren a Tiersen cuya banda suena por momentos cercana a la Penguin Cafe Orchestra con un filtro de rock moderno.

“Till the End” - Una especie de grabación antigua (quizá un himno religioso) suena entre ecos electrónicos que la confieren un aire etéreo muy curioso. Contrasta, además, con las distorsiones de la guitarra eléctrica y los diversos efectos de los sintetizadores para desembocar en una tonada folk con una interesante percusión (muy en la linea de las suites épicas de Mike Oldfield). Entona entonces el coro un estribillo con aire de despedida que se repite de modo cadencioso hasta el final mientras se suman elementos como la batería (soberbia una vez más) y una guitarra incendiaria con un riff tan insistente como demoledor. El cierre, muy diferente al resto de la pieza, como ocurre en muchos otros cortes del disco, es una escueta melodía de piano sobre la que se erige un sensacional “in crescendo” de cuerdas que pone punto final al corte.



“Fuck Me” - Con un título tan directo como el resto de la letra (también la música lo es) llega una canción exuberante, optimista, vital y entusiasta como pocas. Algunos reclamarían la etiqueta de “Parental Advisory” para el tema pero es de una sinceridad tal que nada suena sucio. Muy al contrario, cuesta imaginar mejor forma de expresar sentimientos de amor y deseo que esta. Tiersen, una vez más, borda el pop como si se hubiera dedicado a esto toda su vida.


En su momento, la aparición de “Dust Lane”, lo confesamos, nos pilló completamente desprevenidos y lo tomamos como un preocupante síntoma en la carrera de un músico brillante. El tiempo terminó por demostrarnos que estábamos equivocados. No supimos ver lo acertado del movimiento y la calidad que seguía teniendo la música de Tiersen por encima de aspectos formales. De hecho, teníamos esta etapa en el olvido y no fue hasta la aparición del reciente “Infinity” que decidimos rescatarla comprobando, para nuestra sorpresa, que el disco había ganado muchos enteros a nuestros oídos. Sabemos que muchos seguidores del músico francés tuvieron una reacción similar a la nuestra ante el giro experimentado por su música. Si aún no lo han hecho, este es un buen momento para cambiar de opinión. “Dust Lane” está disponible en los siguientes enlaces:

fnac.es

play.com


Os dejamos como despedida una versión en directo de "Fuck Me":

 

1 comentario:

  1. Tal vez esta sea una entrada ya un poco antigua, pero me gustaría saber si alguien tiene información sobre la grabación de fondo que es escucha al empezar Till The End, he tratado de buscar algo relacionado a esta, pero parece que no hay nada en todo internet, ojalá alguien pudiera ayudarme.

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